lunes, 20 de febrero de 2012

Angeles.

-Vale, lo reconozco, esa historia es graciosa, pero no cuela- Le dijo con una sonrisa de sabiondo- Sabes que puedes contármelo, asi que venga dejate de cuentos para no dormir.

Mientras decía esto el lo miraba con una media sonrisa y las manos detrás de la nuca en una postura un tanto relajada, sabia que no se creería esa historia mas aun de la manera tan graciosa que la estaba contando, nadie contaba un abandono tan cómico como lo estaba haciendo el:

+Te estoy diciendo la verdad, fue así tal cual, hizo puf y se esfumo..
-Me estas diciendo, ¿que de repente en mitad de la habitación le salieron dos enormes alas de la espalda y simplemente se evaporo, desapareció?-Lo estaba mirando horrorizado y el estaba disfrutando de lo lindo.

Mientras observaba a su amigo como se quedaba estupefacto entre creerle o no creerle pensó que tampoco había mucha diferencia entre su historia y la real, al fin y al cabo ella nunca fue normal a veces se planteaba si quiera si era real. Pero no quería asustarlo y que pensara que estaba loco y decidiera que lo mejor para el seria llamar a un psiquiátrico y lo ingresaran, preferiría poder seguir tomando cervezas de vez en cuando a tener que estar rodeado de almohadones y camisas de fuerza blancas:

+Te contare lo que hizo; llegué a casa y ella estaba como siempre esperándome con esa sonrisa tan angelical la casa olia a flores frescas y toda la armonía de esta llena de colores, se levanto me planto un enorme beso en los morros y se fue al cuarto. Podría decir que después de tantos años no me sorprendió su reacción, pero lo hizo, siempre lo hacia, día tras día. Yo fui detrás de ella y observe como habría el armario y buscaba con mucha concentración, saco su vestido favorito, ese que esta lleno de flores y colores. Se lo puso, compuso su mejor sonrisa y se fue.
+Así, ¿sin mas?- Su amigo no podía creerlo lo miro con esa cara de: Cuidado hombre loco a la vista.
-Sin mas.
+¿Y no has vuelto a saber nada de ella?

El se inclino apoyando los brazos sobre la mesa con una sonrisa ladeada en la cara mientras decía:

-Si, que se esta comiendo el mundo.

Se irgió en su asiento le dio el ultimo trago a la cerveza, se levanto y se fue del bar con una enorme sonrisa en la cara dejando a su amigo pasmado en el asiento.
Mientras caminaba pensaba que por mucho que lo pudieran tachar y mirar de loco por lo que acaba de contar, el jamas lo vería de esa manera, ella era un ángel; su ángel, y es lo que tienen los ángeles bajan para ayudarte en un momento del camino, pueden quedarse minutos, días o años y después se van, pero con diferencia de las personas, jamas te dejan un mal sabor de boca; nunca, jamas, al revés dejan ese sabor dulce que permanece siempre y que cuando recuerdas puedes reír siempre y disfrutar de un buen recuerdo. Ella era así.
Al fin y al cabo no era mentira del todo lo que le había dicho de las alas, ¿no?-Soltó una carcajada al pensar en eso.

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