Ella vivía en su mundo paralelo, vestía llena de colores y vida y se invento una realidad difusa a la verdadera. Caminaba como una pequeña duendecilla llena de vida y le encantaba decorar la vida de flores y olores, sonreía por cualquier motivo y jamas creyó en la crueldad.
El odiaba al mundo, se escondía bajo la oscuridad y miraba a la vida desde el lado mas siniestro. Frecuentaba un burdel en el que ahogarse con alcohol mientras miraba el vicio, derroche y egoísmo a su alrededor. La crueldad era su vida.
Los dos dieron la vuelta al mundo en caminos paralelos; hasta que se encontraron.
Entonces, solo entonces supieron que jamas estarían solos.
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