martes, 13 de marzo de 2012

Noches de dos.

Era en esos momentos de paz en donde se sentia bien, donde su cabeza no giraba y la ahogaba en pensamientos y remordimientos, cuando tan solo miraba al techo mientras el hundia la cabeza en el hueco entre el cuello y el hombro y aspiraba el olor de su pelo, cuando tan solo se dedicaba a ofrecerle lánguidas y lentas caricias por todo su cuerpo y no la atormentaba nada mas.

-Quedate. Quedate, al menos hasta mañana. Quedate siempre.

Siempre se lo decia, esa frase siempre se repetia y a ella siempre le entraba el panico y salia en estampida en cuanto podia. Pero esa noche no, no queria que esa paz se fuera, esa tranquilidad que la invadia, queria fingir que era feliz asi, que todo era tan facil como esto y que no volveria a dudar, que no querria correr nunca mas.

Él siguio con su recorrido por su cuerpo, un roze alli y otro alla, aprovechando cuanto tenia porque sabia que cuando amaneciera ella ya se habria ido otra vez y tendria que esperar otra vez, tal vez un dia o tal vez otro mes mas a que ella decidiera volver y darse otras horas mas.
Estaba tan loco por ella que se adaptaba a cualquier condicion que ella pusiera, la esperaba eterna y pacientemente, cuando, como y donde ella quisiera. 
Estaba seguro que podia regalarle el cielo si ella se lo pidiera.

Sintio que la respiracion de él se hacia mas lenta contra su cuello mientras escuchaba un suave y flojo ronquido y supo que el momento de paz no duraria mucho. Asi que supo que tenia que irse de esta manera, sintiendo ese amor que sabria que no duraria si se quedaba, irse sabiendo que era por el bien de los dos por lo que hacia esto.
Se levanto con cuidado porque no queria despertarlo y que la tension reinara donde ahora solo habia armonia. Mientras se vestia dejo de escuchar los suaves ronquidos y la respiracion lenta, pero el no se movio de donde estaba ni abrio los ojos. Fingia dormir, y ella se lo agradecio en silencio eternamente porque siempre sabia que hacer y como hacerlo, todo aquello que ella necesitaba él lo hacia y se acoplaba aunque él no lo quisiera y solo por eso, ella siempre lo querria. 
Salio de la casa a una hora de la madrugada que ni se molesto en mirar mientras andaba hacia su casa, penso que esta noche si podria dormir despues de tantas en vela.
Él se fumaba su pena en cigarrillos mientras veia el amanecer.

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