Hay veces en la vida en la que sabes que tienes una, dos o varias opciones, pero ninguna puede hacerte feliz.
Conforme me acercaba me sentía como cuando en las películas el personaje se acerca a la escena en la que morirá o sobrevivira pero no sin heridas. Me sentía valiente a pesar de que supe que acarrear con las consecuencias me iba a costar triple que siempre.
Pero daba igual, moriría mil veces mas, sobreviviria diez mil mas y luciría las cicatrices con la cabeza bien alta.
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